martes, 14 de octubre de 2008

change.

Sonríes, tras la puerta el reflejo inocuo del espejo que cuelga de la pared (aún recuerdo lo que me costo convencerte de lo bien que lucia en ese espacio de color rojo), pero tal como me lo subrayaste tantas veces, todo termina por parecer igual cuando hay tantas cosas, por eso hoy decidí quitarlo, cambiarlo de lugar a uno mejor, desobedecer por un momento loco mi orgullo y acceder a la barbaridad de no mostrarme desagusto con ello.
Hoy, cuando regreses a casa y resuelvas girar la chapa de la puerta, no encontraras esa imagen perversa a la que seguro ya te habías acostumbrado.
Hoy, al caer la tarde o en su caso la luz nocturna, hallaras pues, que algo ha cambiado, y no será precisamente tú sonrisa, sino la luz entrante que te hacia mirar forzosamente hacia ella.

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